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"¡Bien Viaje...!"

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Los sueños... Cuanta tela para cortar sobre este tema, ¿verdad?

En esta ocasión hablaremos de una delas trampas que podemos encontrarnos al perseguirlos.

Personalmente, he tenido los míos y los he seguido a rabiar. Pero solo cuando maduré me di cuenta que no se trata de lo alto que quieras volar, sino de tus alas particulares, esas que no solo te lleven muy alto, sino que te permitan mantener el vuelo, sabiendo que el agotamiento y los reveses llegan, así como la necesidad de descansar y disfrutar de lo que vas logrando.

Sin embargo, suele suceder que se confunden los sueños con los caprichos y con los huracanes de soberbia, consecuencias lógicas del ego que siempre aparece para recordarnos lo que merecemos y lo mucho que necesitamos apegarnos a ello como si de lo definitivo se tratara, pues de otra manera seríamos rebajados, obviados, e incluso sobrepasados por aquellos que "nos persiguen o no quieren que lleguemos a la cumbre que buscamos." Son aquellos momentos en que la prepotencia suele ganar la partida y nos enfadamos, e incluso podemos llegar a humillar y hasta apartamos de quienes antes considerábamos "aliados"!, pues ahora no están de acuerdo con lo que nosotros buscamos.

Así de peligroso es el ego no reconocido y gestionado. Así de tramposo es el interior no asumido, pues estamos hechos de luces y de sombras y conviene ser conscientes de ello para así permitirnos ser congruentes y consecuentes, esto es, que tengamos una coherencia entre pensamientos, sentimientos y acciones, así como asumir que toda decisión trae consigo su consecuencia.

Hubo un ayer en el que los viví muy mal vividos y no me llevaron a ninguna parte, al menos no a ninguna beneficiosa y por eso tardé en abrazar la paz de la estabilidad y el sentido de la vida.

Pasar por encima de los demás, ser despreciativo y hasta mezquino en nombre de los sueños... Solo puede llevarnos a la pérdida de lo que si tenemos y aunque sea duro... a no alcanzar lo que tanto ansiamos. Y si lo logramos, será un castillo en el aire sin cimientos verdaderos.

Los sueños... cuan delgado es el hilo que los separa de la oscuridad.

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Foto del escritorClaudia Díaz


Hola Valiente, solo quiero recordarte algo que realmente es fundamental:

Eres el aprendiz y también el maestro en las diferentes situaciones que te ofrece esta maravillosa vida. Aprendiz porque siempre habrá algo que te sorprenda y te lleve a otro punto en el conocimiento; maestro porque siempre habrá alguien a quien puedas brindarle lo mejor de ti, aquello que solo tú puedes dar.

Por eso te invito a que recuerdes y asumas la grandiosa "dulce condena" que tenemos: nuestro libre albedrío, esa posibilidad de tomar cualquiera de estos dos caminos:

1. La Amenaza, que conlleva enfados, tristeza, amargura, impotencia, insatisfacción, ansiedad, depresión, procrastrinación (aplazar, postergar), en pocas palabras, ver el vaso medio vacío.

2. La Oportunidad y su capacidad para disponernos, actuar, sorprendernos y sobre todo, ser agradecido con todo lo que SI tenemos, SI podemos hacer y SI podemos cambiar.

Indudablemente, pueda que existan otros caminos, pero lo cierto es que lo que menos necesitamos en nuestra ya de por sí, ajetreada vida, es llenarnos de posibilidades que solo incrementen la confusión. Necesitamos hacernos con el timón de nuestra embarcación, necesitamos saber que todo lo que gestemos está mediado por nuestra disposición y nuestra convicción de poner en todo nuestro sello personal, eso que nos hace únicos y que le da exclusividad a una idea o proyecto, por más simple o común que parezca. Tenlo por seguro, es único porque Tú eres único. Y solo tú puedes dar lo mejor que hay en Ti... Absolutamente nadie tiene esa maravillosa posibilidad.

Finalizo brindándote el esperanzador fragmento de "El Verano" de Albert Camus:


"... En medio del odio descubrí que había, dentro de mí, un amor invencible.

En medio de las lágrimas descubrí que había, dentro de mí, una sonrisa invencible.

En medio del caos descubrí que había, dentro de mí, una calma invencible.

Me di cuenta a pesar de todo esto...

En medio del invierno descubrí que había, dentro de mí, un verano invencible.

Y eso me hace feliz.

Porque esto me dice que no importa lo duro que el mundo empuja contra mí;

en mi interior hay algo más fuerte, algo mejor, empujando de vuelta."

(A. Camus)

Pd. Recuerda: ¡Eres de lo bueno, lo mejor!


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Hoy os traigo un post que no tiene desperdicio, aunque probablemente haga ciertas "cosquillas":

Aunque muchos "expertos" se dediquen a presentarlo como algo fantástico y lleno de descubrimientos grandiosos si decides salir de la zona de confort, lo cierto es que el desarrollo personal no es fácil, ni mucho menos estimulante todo el tiempo. Por eso, iniciarlo estimulado y entusiasmado porque será lo que te saque de tu mala racha, de tu depresión, de tu ansiedad o de todo lo malo que puedas estar pasando, puede llevarte a idealizarlo y es no es para nada conveniente, ya que puede hacer que te decepciones fácilmente y lo dejes. Te informo:

1. El reconocimiento de que tienes un problema y decidirte a buscar ayuda es un gran paso, pero no es la garantía de que al hacerlo te empieces a sentir bien y todo empiece a ser un jardín de flores. Después del reconocimiento, viene el trabajo duro y digo duro porque se trata de revisar tus hábitos con lupa para encontrar aquello que está haciéndote la contra. 2. Una vez inicias, puede suceder (y es lo más seguro) que el problema que tu tenías identificado y creías que era la base de tu estado emocional, sea solo un síntoma o con suerte, una consecuencia de lo que realmente esté sucediendo en tu interior. Que te descubran esto, choca con el la idea que te has hecho en tu cabeza e implica renunciar a tus conclusiones, a tus razones y esto es un puñetazo muy grande a tu ego, un gran aliado, pero también un gran juez cuando de validarte se trata. Tu ego quiere protegerte, hace parte de todo aquello que hay en tu interior y por eso sale a tu encuentro en forma de negativas o empecinamiento en tu idea primordial. El ego es un elemento primordial del desarrollo personal, pero es necesario reconocerlo y saber sus trampillas para no caer en ellas. 3. Suponiendo que consigues apaciguar al ego y continúas tu camino, debes estar listo para asumir aquello con lo que te encuentras o que te están mostrando que debes trabajar. En este sentido, tu disposición es la clave ya que es la que te permite abrirte a aplicar lo que vas aprendiendo. 4. A medida que te dispones y asumes las fuentes reales de tus problemáticas actuales, empieza ese "Darse Cuenta", que no es más que reconocer tu responsabilidad en tu Vida y a partir de ello, quitarte las máscaras, asumir las excusas que vienes teniendo desde hace tiempo y ahora sí poner de tu parte para pasar a lo más complejo de todo esto: 5. La Renuncia a tus viejos esquemas, tus costumbres y creencias que se inician desde que estás incluso en el vientre de tu madre, en pocas palabras, los hábitos que no te benefician. Esta renuncia es quizá lo más complejo de todo esto, porque implica el perdón a ti mismo y a los demás, pero no para aceptar lo que te han hecho, sino para limpiarte de todo aquello e ir hacia adelante sin pesos que te agoten. Esa Renuncia te invita e incita a decirte cosas como: gracias, lo siento, me Amo completa y profundamente, pues en la medida que renuncias a lo que te hace daño, eres capaz de ver lo necesitado que estás de tu propio Amor y tu propia comprensión, e incluso de tu propia aceptación. 6. Por último, es necesaria la paciencia, la humildad y la bondad contigo mismo y con el proceso que has decidido iniciar. A menudo y sobre todo en este tipo de trabajo personal, queremos ver los resultados desde el mismo momento en que lo iniciamos y esa necesidad nos hace ser muy susceptibles de decepcionarnos y hasta rendirnos. Se paciente y siéntete orgulloso de cada paso que vas dando. Cada pequeño y a veces "imperceptible" avance, constituye una pieza fundamental en lo que es tu cambio, tu ReInvención. ¡Venga! Continúa a pesar del dolor, del fastidio que te produce ese "darte cuenta", esa renuncia, ese tiempo necesario, porque te lo aseguro, el resultado será tu más grande orgullo y el motivo de querer, no solo compartir tu vivencia, sino de ayudar y servir a las personas que te encuentres en el camino, porque eso es lo que le sucede al alma y al campo electromagnético cuando sanan, empiezan otro "darse cuenta": El del servicio.

Soy Claudia Díaz y Estoy por Tí. Gracias por Existir Vive y Danza ¡Siempre Alegre!

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