Los sueños... Cuanta tela para cortar sobre este tema, ¿verdad?
En esta ocasión hablaremos de una delas trampas que podemos encontrarnos al perseguirlos.
Personalmente, he tenido los míos y los he seguido a rabiar. Pero solo cuando maduré me di cuenta que no se trata de lo alto que quieras volar, sino de tus alas particulares, esas que no solo te lleven muy alto, sino que te permitan mantener el vuelo, sabiendo que el agotamiento y los reveses llegan, así como la necesidad de descansar y disfrutar de lo que vas logrando.
Sin embargo, suele suceder que se confunden los sueños con los caprichos y con los huracanes de soberbia, consecuencias lógicas del ego que siempre aparece para recordarnos lo que merecemos y lo mucho que necesitamos apegarnos a ello como si de lo definitivo se tratara, pues de otra manera seríamos rebajados, obviados, e incluso sobrepasados por aquellos que "nos persiguen o no quieren que lleguemos a la cumbre que buscamos." Son aquellos momentos en que la prepotencia suele ganar la partida y nos enfadamos, e incluso podemos llegar a humillar y hasta apartamos de quienes antes considerábamos "aliados"!, pues ahora no están de acuerdo con lo que nosotros buscamos.
Así de peligroso es el ego no reconocido y gestionado. Así de tramposo es el interior no asumido, pues estamos hechos de luces y de sombras y conviene ser conscientes de ello para así permitirnos ser congruentes y consecuentes, esto es, que tengamos una coherencia entre pensamientos, sentimientos y acciones, así como asumir que toda decisión trae consigo su consecuencia.
Hubo un ayer en el que los viví muy mal vividos y no me llevaron a ninguna parte, al menos no a ninguna beneficiosa y por eso tardé en abrazar la paz de la estabilidad y el sentido de la vida.
Pasar por encima de los demás, ser despreciativo y hasta mezquino en nombre de los sueños... Solo puede llevarnos a la pérdida de lo que si tenemos y aunque sea duro... a no alcanzar lo que tanto ansiamos. Y si lo logramos, será un castillo en el aire sin cimientos verdaderos.
Los sueños... cuan delgado es el hilo que los separa de la oscuridad.